Una persona está indignada cuando siente que le han quitado su dignidad.
El próximo domingo 19 de junio tendrá lugar la concentración “Por una
Europa para los ciudadanos y no para los mercados”, convocada por la
plataforma Democracia real YA y el movimiento del 15M en toda España y
multitud de ciudades europeas. En Montilla tendrá lugar en la Plaza de
la Rosa a las 20.30 horas.
La
ciudadanía debe movilizarse para demostrarse a sí misma y a los demás
que no es ajena a las grandes injusticias, abusos e incongruencias de un
sistema en el que prima la avaricia y el egoísmo de los poderes
públicos y privados que nos gobiernan. Debe recordar que tiene un poder
político que no acaba el día de las elecciones y es necesario que lo use
para evitar que los grandes poderes financieros controlen a nuestros
políticos y a los medios de comunicación.
Alentados por un
manifiesto que recogía el sentir subyacente de una sociedad adormecida,
cientos de miles de personas salimos a la calle el 15 de mayo para tomar
conciencia de que “no somos mercancía en manos de políticos y
banqueros”.
En ese momento nos dimos cuenta de que la precaria
situación económica y política mundial se debe a los mismos poderes que
han puesto el dinero por encima del ser humano, llegando a despreciar
leyes universales como la Constitución de 1978 en España o la
Declaración de los Derechos Humanos dentro y fuera de nuestro país.
El
ansia productiva y consumista del actual sistema económico estaba
acabando con nuestro concepto de ética para convertirnos en simples
vendedores y compradores que generan riqueza, que se acumula cada vez en
menos manos. Y así es como decidimos recuperar la soberanía, que reside
en el pueblo, exigiendo una verdadera separación de poderes,
Legislativo, Judicial y Ejecutivo; una reforma de la Ley Electoral que
garantice que todos los votos valen lo mismo en toda España; y una
regeneración política que garantice la total transparencia de las
gestiones realizadas con el dinero público, suprima los privilegios de
la clase política y castigue sin demora y de manera contundente
cualquier forma de corrupción.
La convocatoria del domingo 19 de junio viene agravada por los inminentes recortes que se prevén en el llamado Pacto del Euro,
que debatirán la semana que viene los líderes de la Unión Europea para
asegurarse el cobro de la deuda que han creado los poderes financieros.
Se
trata de una reforma crucial, de la que ningún medio nos informa, con
la que pretenden recaudar más dinero a costa de las necesidades
esenciales de la población. Se plantean poner límites al gasto social
para subsanar la ingente deuda que han creado a base de especulación y
engaño, para lo cual se impondrán sanciones a los Estados cuyos
presupuestos generales superen el umbral fijado. Y limitar el gasto
social se traduce en establecer recortes en Educación, en Sanidad, en
salarios, y en la creación de empleo.
La ironía de la crisis,
sus perjudicados y sus beneficiados, es tal que se desahucia al
ciudadano que no puede pagar la hipoteca, el pequeño y mediano
empresario tiene que cerrar o reducir al máximo su plantilla, y a la
banca, al contrario que al resto de afectados, se le inyecta dinero
público.
Dijo Luther King que "al mirar atrás en el tiempo no
nos pesarían tanto las malas acciones de los malvados como el silencio
de las personas buenas". Quien calla, otorga, y ya no nos vale mirar
hacia otro lado.
En Montilla tenemos una Corporación local
recién formada, cargada de ilusiones y buenas intenciones, con
representación de los cuatro grupos políticos que se presentaron, pero
no podemos olvidarnos de ellos y ellas hasta las próximas elecciones. Ni
podemos ignorar la influencia que tienen en nuestra vida tanto el
Gobierno central como el europeo.
Hemos asistido al despertar de
las conciencias en medio mundo desde la revuelta de Túnez. Se han
llenado las calles de personas de todas las edades y estratos sociales
para dialogar sin complejos sobre lo que antaño usaban para dividirnos.
Hemos
descubierto que hay verdadera felicidad fuera de la espiral consumista
que pretende engullirnos, y no vamos a permitir que nos vuelvan a robar
la dignidad quienes se empeñan en ponerle precio a todo. Por todo esto,
déjanos oír tu voz este domingo en la plaza, que no te lo cuenten.
Alzaremos la voz por ti, pero no podemos hacerlo en tu nombre.